Pues la verdad es que los Reyes, aparte de otras muchas cosas, nos ha traído cosas dulces. Por la mañana mi abuela, que es una bendita, nos ha hecho unas torrijas y un chocolatito para guardar la línea. Y estaba increíble. Y luego, como no podía ser de otra manera el famoso Roscón de Reyes. Su origen se remonta a las fiestas romanas al dios Saturno para conmemorar la llegada de los días largos tras el solsticio de invierno. En el siglo XVIII, Felipe V importó el roscón de Francia a España para culminar las fiestas navideñas, convirtiéndose desde entonces en una bonita tradición que ha llegado hasta nuestros días.
Así que menos mal que María nos ha regalado un bono para el gimnasio. Hay que empezar a bajar los excesos de estos días. Espero que los Reyes hayan sido generosos con todos vosotros.
*Y un besazo para Nuria en este día triste. Hemos empezado mal el año pero seguro que mejora. Ya sabes donde estoy para lo que necesites niña. Mil besos.