jueves, 17 de marzo de 2011

Lo que más cuesta, lo que más llena

Pocas cosas en esta vida son fáciles. Como dicen en ese precioso anuncio de la TV: "Todo lo que merece la pena, cuesta conseguirlo". Y desde luego no le falta razón.
Hay muchas cosas que cuestan en esta vida, incluso las más nimias, que en realidad son las más importantes: hacer esa llamada que tanto hemos prolongado, decir la verdad de lo que pensamos a los que más queremos, pedir ayuda cuando lo necesitamos, tomar decisiones que conllevan dolor para los que nos rodean,...
Pero hay veces que cuando reunes el valor necesario para hacerlo (un valor que se multiplica cuando los que están a tu lado te apoyan y te dan ese empujoncito necesario), una vez que la angustia y el dolor quedan atrás, cuando todo pasa y quedas desarmado, la sensación de libertad compensa con creces lo malo vivido...




Aún no del todo, pero ya casi casi

sábado, 15 de enero de 2011

...

- Como puedes vivir sola ¿tú no eres feliz no?
- Por supuesto que no, ¡ser feliz es un coñazo!
- ¿Pero no echas de menos a alguien?
- ¿A alguien como quién?
- Como un novio…
- ¿Para qué?
- Para que te proteja…
- Ya tengo una puerta blindada…
- Ya… pero… pero estando sol.., ¿no te sientes un poco sola?
- Mi soledad y yo nos llevamos bien, no necesitamos que venga la soledad de otro y nos dé por saco.
- ¿No te gusta que te digan que te quieren?
- Sí, cuando te quiero significa “te quiero”, no cuando significa “me perteneces”, que es más o menos siempre.
- ¿Sabes? Me parece que no has estado nunca enamorada.
- ¿Y tú sí? ¿Me vas a decir que estás enamorada del tal Juanjo ese?
- Mmm… yo creo que sí.
- Crees que si… ¡O lo estás, o no lo estás! ¡Si yo estuviese enamorada de Juanjo no necesitaría media hora para pensarlo!
- Oye… que han sido tres segundos.
- Ni tres segundos ni nada. El amor no es algo que puedas poner en duda, es una ola que se te lleva por delante, un puño que te deja KO, un incendio que te abrasa por dentro.
- Me estás dando un poco de miedo.
- Es que el verdadero amor debería acojonarnos, debería destruirnos para resucitarnos después. Eso es para mí el amor. Y lo que tú llamas amor, es… pues… una imitación hecha en Taiwán.
- Vaya…
- ¿Vaya qué?
- ¡Vaya romántica estás hecha!
- Eh… Que yo te he insultado, ¿eh? ¡Vuelve a llamarme romántica y te mato!

De la película "Tensión sexual no resuelta" de Miguel Ángel Lamata

**Gracias Miry**

**Va por vosotras dos, porque me hizo mucha ilusión que el otro día me dijeráis que entrabáis cada día en mi blog con la esperanza de leer algo y que lo echabáis de menos. Os quiero un montón**

viernes, 26 de noviembre de 2010

Buscando mi ruta........

Hace algún tiempo una gran amiga me regaló el libro "Hacia rutas salvajes". Lo mejor de todo es que cayó en mis manos en el momento justo, cuando estaba en stand by, pensando hacia dónde encaminar mis pasos, qué camino iba a elegir. La dedicatoria decía algo así como: "Ojalá siempre sigas tu propia ruta". Y así fue. Elegí mi ruta, elegí ser yo, fui feliz (o al menos me acerqué bastante a la felicidad)
Pero ahora me encuentro en otra bifurcación del camino, en un punto doloroso. Sé lo que quiero ser, sé porqué quiero luchar. Pero las circunstancias no son las idóneas. Ese camino que elegí ha resultado ser una espiral y me encuentro un par de años después en el mismo lugar. Perdón, no en el mismo lugar, si me apuras peor. Soy más madura, he acumulado más experiencias, me he reafirmado en lo que quiero ser, tengo muy claro lo que quiero. Pero sigo parada esperando la oportunidad que no llega, la que me desanima, la que me hunde.
Y sólo espero, encontrar esa ruta que me permita continuar el camino.:¨.:¨.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Búsqueda...

Intentaba buscar su lugar en el mundo, ese mundo que ya no era el suyo. Sólo se encontraba bien cuando el universo le mandaba mensajes de que él había existido. Un banco donde habían conversado, una poesía que le había colgado en un post it, el viejo jersey de lana roída que ella había conservado. Ya no hallaba consuelo en las sonrisas de sus amigos, en el viento del otoño, en el ruido de las olas, en la luna menguante. Sólo se sentía ella misma cuando las pesadillas la despertaban de madrugada. Entonces cogía el coche y conducía por toda la ciudad escuchando canciones tristes de Radiohead mientras sus lágrimas empapaban su pena. Un día de octubre dejó de llorar por las mañanas. A la semana siguiente se colgó aquella bufanda preciosa con los colores de las hojas en otoño. Dejó de buscar señales de él, guardó el cd de Radiohead y caminó liberada por su nueva vida.

miércoles, 7 de julio de 2010

Ilusión

Durante estos partidos del Mundial, lo primero que he hecho cuando acababa cada encuentro de España, ha sido llamar a mi padre. Para mi el fútbol, entre otras muchas cosas, es mi padre. Es el rato de mi padre, después de una larga jornada de trabajo, cenando, viendo un partido. Mi padre almacena en su mente datos futbolísticos, entre otros muchos de otros deportes y de temas varios, que intimidarían a cualquier experto. Cuando jugamos al trivial, yo voy siempre con él, para superar las temidas preguntas naranjas. Y desde siempre ver partidos de fútbol, es para mí pasar un rato agradable a su lado. Él no es el típico forofo, es muy muy crítico con su equipo, es muy objetivo con ellos. Además sabe muy bien de que va ese mundo, ya que jugó muchos años, hasta que una lesión le impidió continuar. Y por lo que dicen era muy bueno. Por eso estos días, cuando todos estamos muy ilusionados, expectantes, me encantaría estar en Palencia viendolos con él. Al menos tengo aquí a mi hermana, que también es muy forofa. A veces pienso que si hubiera tenido dos hijos, lo mismo no hubieran sido tan futboleras. Y el otro día cuando ganamos a Paraguay, lo llamamos. Y nos cogió el teléfono muy emocionado, diciendonos con mucha ilusión, que teníamos mucha suerte porque con tan poco edad, ya habíamos visto ganar a nuestra Selección una Eurocopa y jugar unas semifinales de un Mundial. Creo que fue en ese momento cuando me di cuenta de que estabamos verdaderamente ante un momento único. Así que hoy nos sentaremos a ver un gran partido frente a Alemania. Ojalá ganemos. Desde luego tenemos equipo para ello. Pero sí perdemos, cuando llame a mi padre seguro que me dirá, tranquila hija, que ya, hemos hecho historia.

viernes, 25 de junio de 2010

David y la graduación de Patri

Lo malo de vivir a 650 km. de casa es que te pierdes muchas cosas. Y eso es bastante doloroso. La semana pasada por ejemplo, nació David, el hijo de mi primo Rubén, un niño al que llevamos esperando mucho, mucho tiempo. Y menos mal que tenemos los MMS y el mail para poder verle esa carita tan preciosa en un momento. Así que toca esperar hasta agosto para conocer al peque. Y no me quejo que se que es poco tiempo en comparación a lo que mucha gente espera para volver a abrazar a su gente.


¿A qué es una monada?

Y hoy además es un día muy especial porque es la graduación de mi amiga Patri (otra enfermera peligrosa suelta por ahí, jajaja, aunque no hay nadie como ella poniendo la heparina) y otra cosa que también me da mucha mucha rabia perderme. Pero, en cuanto vuelva a Palencia, no pegaremos un fiestón de la pera y además estos Sanantolines va a temblar la ciudad. Muchas felicidades guapa. No sabes la pena que me da no estar allí. Estoy superorgullosa de ti. Te quiero un montón.

viernes, 18 de junio de 2010

I just wanna

Quiero poderme dormir a una hora decente, sin dar antes mil vueltas en la cama durante horas
Quiero ser importante para la gente que lo es para mí
Quiero llevarme a Palencia a toda la gente maravillosa que he conocido en el Sur
Quiero que por el día sea verano y por la noche invierno
Quiero que las cosas me salgan bien, para variar
Quiero quedarme en Córdoba más tiempo
Quiero que las despedidas no sean tan duras
Quiero dejar de pensar en lo que NO tengo y SÍ en lo que tengo
Quiero dejar de ponerme triste sin motivo
Quiero centrarme en lo que tengo que centrarme
Quiero dejar de querer lo quiero y no tengo

lunes, 14 de junio de 2010

Noche de tormenta

Esta noche hay tormenta. Los rayos iluminan el cielo y los truenos irrumpen en la quietud de mi habitación.

Sé que la tormenta está léjos. Lo sé porque me lo enseñastes tú. Eso de contar los segundos entre luz y trueno y luego multiplicar. Sí, me lo enseñastes tú. Y como cada noche de tormenta, me acuerdo de ti.

De cuando no nos hacíamos daño, de cuando éramos felices, de cuando la lluvia de la noche era la excusa para salir a la calle y calarnos y reírnos a carcajadas y besarnos mientras nos salpicabamos con los charcos.

Pero esta noche de tormenta es diferente, no es como las demás. Porque ésta es la última noche en que te recuerde, la última en la que vas a acudir a mi mente.

Porque tú decidiste seguir tu camino y yo no estaba en él.

Porque ya no tienes nada que yo quiera.

Porque he pasado más tiempo de mi vida sin ti, que contigo.

Porque es más grande el dolor que me has causado que las alegrías que diste.

Porque estoy harta de pensar en ti, cuando todo va mal.

Porque no te mereces mis lágrimas.

Porque ya no tengo más tiempo que dedicarte.

Porque por mucho que me enseñaras a cuanta distancia estaba la tormenta de nosotros, no me enseñaste a guarecerme de ella.

Y me ha costado mucho tiempo aprender a escapar de la lluvia.

jueves, 10 de junio de 2010

Fighting ourselves

Hay veces que intentamos luchar contra un enemigo externo, contra aquello que no nos permite continuar, contra lo que nos frena en la lucha por conseguir nuestras metas, y no nos damos cuenta de que nuestro enemigo somos nosotros mismos, y esa bestia contra la que combatir habita en nuestro interior.

miércoles, 9 de junio de 2010

Click

No sé nada de fotografía. No es falsa modestía, es la verdad. Ya me gustaría a mí. Tampoco entiendo demasiado de photoshop, ni similares. Pero me gusta mucho fotografiar cosas, los lugares que visito, la gente a la que quiero, todo lo que merezca la pena ser inmortalizado.
Y he decidido hacer un blog para compartir con vosotros algunos de esos instantes inolvidables para mí. Si queréis daros una vuelta, estáis invitados.

http://inmortalizandoinstantes.blogspot.com/

miércoles, 2 de junio de 2010

Nocturna

Me encanta esta hora del día. Más bien de la noche. Cuando todo se vuelve tranquilo, la calle está calmada, el calor disminuye (en la medida de lo posible) y parece que el mundo es menos mundo y más un lugar estupendo para vivir. Es la mejor hora para leer, para escuchar música, sin que los ruidos del día interfieran, es la mejor hora para escribir, para pensar, para amar,...

Es también mi hora preferida para pasear por Palencia (cómo la añoro ahora con este calor cordobés sofocante), cuando las calles principales están prácticamente vacías y te sientes dueño de cada adoquín, de cada farola, de cada arambol, de cada balconada.

Y parece que la ciudad vive para ti y las dificultades no existen y todos los sueños son posibles.

lunes, 31 de mayo de 2010

Once upon a time.....

Una chica que tenía un blog en el que escribía más o menos asiduamente. Pero llegó un momento en el que su vida se complicó de alguna manera y en vez de optar por seguir escribiendo en aquel espacio donde encontraba desahogo y comprensión, decidió encerrarse en sí misma y escribir sólo en libretas Moleskine. Pero se dio cuenta de que eso no servía de nada y comenzó a añorar su blog. Pero cada intento de escribir se convertía en un fracaso hasta que se percató de que posiblemente el lugar que había creado para ella, ya no le servía y le modificó a su antojo. Y puso un faro, una luz enorme para que la claridad llenase todos los recovecos de su mundo. Y continuo buscando la paz que necesitaba para poder continuar.

martes, 27 de octubre de 2009

Máster


Son la 1:50 de la noche, y aunque me he acostado a eso de las 23:00, me ha tocado volverme a levantar. La espalda me está dando el día, yo creo que porque en realidad sabe que mañana es un dia importante. ¿Será que ahora en vez de tener nervios en el estómago los voy a tener en la espalda?

El caso es que mañana se medio cierra un círculo, de esos de los que se supone la vida está hecha. Mañana es la ceremonia de claúsura del Máster que me trajo a tierras andaluzas. Es también el volver a reencontrarme con la mayoría de mis compañeros, de los que me despedí antes de Semana Santa con la intención de volver a ver cuando ésta terminara. Está claro que en esta vida no se puede planear nada. Todavía recuerdo la llorera que me cogí cuando un repartidor me llevo un centro precioso de flores al hospital que me habían enviado mis compis de Máster. Me dijo, viene de muy léjos, viene del Sur. Me dio una alegría inmensa.

Y aunque aún no hemos acabado el Máster (nos queda prácticas y tesinas, respectivamente, a casi todos), la verdad es que si termina un año de clases por Huelva, Málaga, Sevilla y Córdoba, meses de estrés, de nervios, pero sobretodo de mucho aprendizaje y de conocer a una gente extraordinaria. La verdad es que no podíamos haber tenido más suerte con los compañeros que nos han tocado. Desde el principio hicimos mucha piña y la verdad es que cuando hay buen ambiente se nota mucho. Y me reído mucho con esas diferencias que hay entre los andaluces y "las del norte". Hemos aprendido mucho los unos de los otros.

Y no puedo evitar, unas horas antes de encontrarme con ellos de nuevo, pensar en la ceremonio de inauguración del año pasado, cuando las tres castellanas que habíamos recorrido el país, dejando atrás vidas, amigos, posibles oportunidades, todo, nos lanzamos a buscarnos un futuro en otro lugar.

Y la verdad es que creo que ninguna de las tres nos arrepentimos, porque hemos aprendido mucho, hemos madurado bastante y creo que este tiempo en Córdoba y el que aún nos queda, siempre lo recordaremos con un gran cariño.

Así que voy con muchas ganas para Huelva, con ganas de achucharlos a todos, de ver los vídeos recopilatorios del año que han preparado, de ver el mar en otoño, que me encanta y de vivir muy buenos ratos con mi gente del Sur.

miércoles, 21 de octubre de 2009

El libro


Entre mis cosas encontré el libro. En él apuntaba los besos que me dabas.

Aquel primero bajo las estrellas del verano, el que me dabas al encontrarnos con un fuerte abrazo, los que sabían a chocolate mientras veíamos una peli, aquellos chiquititos por la nuca, que me hacían desfallecer, el que me lanzabas apoyados en la almohada mientras me contemplabas, los que me recorrían las piernas mientras me rendía sin tregua, los que me acariciaban la espalda mientras me contabas los lunares, el que me mojaba entera cuando salías de la ducha o aquellos descoordinados mientras nos moríamos de la risa.

Pero también apunté los que llegaron llenos de culpabilidad, los que sabían a lágrimas, los que no tenían el suficiente amor.

Y por supuesto aquel último que quisimos prolongar por si nos estabamos equivocando.

Hoy lo he vuelto a leer. Y he arrancado las últimas hojas, las que deje en blanco por si había más besos que guardar.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Piscina


Después del accidente de tráfico el médico me recetó natación, natación y natación. Así que, tras el largo proceso de buscar una piscina cerca de mi casa cordobesa (proceso más arduo de lo que en principio pueda parece) y tras haber completado el kit necesario para surcar las aguas, mañana me meto en la rutina de prácticar al menos tres o cuatro días a la semana, una horita de natación.

La verdad es que a mi siempre me gustó nadar, me relaja muchísimo. Aprendí cuando era una enana, con 5 o 6 años, durante las vacaciones de verano. Allí me iba yo a las 9 de la mañana, con ese gusanillo que siempre se me pone en el estómago cuando voy a la piscina (sólo en las climatizadas). Y me encanta ese olor a cloro y el calor que hace en la piscina. El hombre que me enseñó a nadar se llamaba Miguel. Miguel es una de esas personas que siempre formará parte de mi vida, porque ha aparecio en varias ocasiones a lo largo de ella y siempre me ha aportado buenos consejos y enseñanzas. La primera de ellas fue a nadar. Algún día os contaré más cosas sobre Miguel.

Y recuerdo lo bien que lo pasabamos en la piscina, cuando se nos atascaban las monedas en las taquillas o cuando andabamos rebuscando las monedas de 5 pesetas para meterlas en los secadores de pelo.

Luego siempre me venía a buscar mi abuela y dabamos un paseo de vuelta a casa, pasabamos por los Jardinillos y comprábamos patatas o cortezas, dependiendo en día, en la churrería que hay junto a la Estación de Autobuses que comíamos sentadas en un banco del parque. Mi abuela me recuerda mucho esos momentos y yo los guardo con mucho cariño.

Así que aunque mañana no me espere a la salida me acordaré mucho de ella cuando salga con el pelo mojado y ese olor a cloro tan característico.

domingo, 11 de octubre de 2009

Contrarios

"Todas las cosas están encerradas en sus contrarios: la ganancia en la pérdida, la entrega en el rechazo, el honor en la humillación, la riqueza en la pobreza, la fortaleza en la debilidad[...]la vida en la muerte, la victoria en la derrota, el poder en la impotancia, y así con todo. Por tanto, si un hombre desea encontrar, bueno es que se conforme con perder[...]"

Mulay al-Arabi ad-Darqawi
Feliz semana a todos

sábado, 3 de octubre de 2009

Rodri, Baraka y feliz fin de semana

No sé si alguna vez he hablado por aquí de mi amigo Rodri. Desde luego no tendría espacio suficiente para contaros anécdotas e historias de cosas que le ocurren en su vida o que me ocurren a mí, cuando estoy con él. Rodri es ese tipo de personas que es tan raro, tan poco común, que uno nunca sabe si está loco o si los locos somos los demás y él es el que está cuerdo. Yo muchas veces digo que me encantaría estar un rato en la cabeza de Rodri, para ver como funcionan esas conexiones neurales que tiene allí dentro. Posiblemente rogaría salir a los dos segundos. Pero su genialidad y lo buena persona que es, a pesar de que es lo más cabezota que he visto jamás, logran que siempre sea un placer charlar un rato con él.
Y lleva unos cuantos días diciendome que tengo que ver un documental que seguro que me iba a encantar y por una cosa o por la otra no me ha sido posible hasta hoy. Y la verdad es que es una pasada. No sé si lo habréis visto ya (lo mismo creo que he descubierto el mundo y ya todos lo conocéis). Se llama Baraka que viene a significar "bendecido" y es un paseo visual y sonoro durante algo más de una hora, por la grandiosidad del planeta, con música de todos los lugares del mundo que se acoplando de forma majestuosa a las imágenes y que nos permite viajar a lugares alucinantes sin movernos de la silla. Os dejo el trailer para que le echéis un vistazo y si tenéis un ratito no dudéis en verlo entero (las 10 partes en las que se ha divido están colgadas en el youtube).



Que disfrutéis y que paséis un buen fin de semana.

sábado, 26 de septiembre de 2009

21 de Septiembre

A Fernando lo conozco desde que era pequeña. Es amigo de mis padres, de la juventud y más tarde se caso con una mujer de nuestro pueblo y en los veranos, cuando se junta toda la pandilla, recuerdan sus tiempos mozos. Me hace mucha gracia cuando cuentan historias de cuando iban a la discoteca, cuando jugaban al fútbol y ligaban con las chicas. Fernando siempre ha sido muy decidido. Una de las anécdotas que se cuenta constantemente es cuando Fernando, allá por el año 1985, dijo que ese año se casaba. No tenía aún novia, ni amiga especial, pero estaba convencido. Y efectivamente, así fue, se casó y es feliz en su matrimonio.
A Fernando lo veo casi cada día cuando estoy en Palencia. A eso de las 8 de la tarde cuando voy a buscar a mi madre al trabajo, me lo encuentro siempre. Lleva a su madre del brazo y dan un paseo por los alrededores de la casa de ésta. Su madre padece desde hace algunos años Alzheimer, ya no recuerda quien es, como ha sido su vida, si es feliz, los colores, ni tan siquiera los nombres de sus hijos o nietos.
Pero Fernando todos los días, religiosamente, agarra a su madre del brazo y da un paseo mientras le cuenta su día a día, las cosas de sus hijos o historias del pasado que quizá ella misma le contó a él. Ella normalmente atiende silenciosa, quien sabe pensando en qué.
Pero hay días, en los que salta el resorte y ella responde a sus explicaciones con extraordinaria lucidez, conversando, dando datos, llamándole Fernando. Esto suele durar minutos en él mejor de los casos, y luego vuelve a ese mundo olvidadizo en el que se encuentra anclada.
Pero para Fernando es suficiente. Esos segundos compensan todas las tardes en silencio. Esos días son extraordinarios.
Fernando continuará paseando a su madre, esperando a que ese rayo de sol, inunde su mente por unos instantes.


*El pasado 21 de Septiembre fue el día Mundial del Alzheimer. La historia de Fernando es real, pero hay miles, millones de héroes anónimos que luchan cada día con esta enfermedad.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Gran día

Playa de Covachos. Cantabria.

Porque por 15€ se puede pasar un gran día con viaje incluído

Porque aunque te eches mil litros de crema, te pones rojo.

Porque hemos tenido la suerte de pillar el mejor día de playa de todo el verano en el Cantábrico.

Porque te puedes bañar en la playa con la bolsa del pan en la mano.

Porque si escalas un pared rocosa las calas son preciosas.

Porque se pueden mojar naipes con un mosto y luego echar con ellas unas sotas.

Porque aunque no encuentres rabas antes de las 9 en El Sardinero siempre hay algún bar donde te las sirven.

Porque se puede comer un helado gigante mientras superas las pruebas del Gran Prix.

Porque un perro puede "hacer sus necesidades en la playa tras una indisgestión alimentaria".

Porque te puedes aprender una nana preciosa en el trayecto Santander - Palencia y luego cantarla a grito pelado a pesar de los radares.

Porque incluso en los días especiales echas de menos a alguien ( en este caso a dos personas.....).

Porque hay días en que se es plenamente feliz......
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Y aquí la famosa "Nana" del grupo Adrede


viernes, 4 de septiembre de 2009

Pájaros


Hay un pájaro en mi ventana.

Es pequeño, de largas plumas anaranjadas en la cola, aunque el resto de su cuerpo, comparte color con el carbón.

Hay un pájaro en mi ventana.

Trina melodías desconocidas, que quizá aprendió en lugares dispares.

Hay un pájaro en mi ventana.

Y me quedo quieta, no cambio de postura mi cuerpo, ni tan siquiera respiro, por miedo a que extienda sus alas y se vaya.

Tampoco me quiero mover mucho, por si esta sensación de que todo está bien en mi mundo, que nada va a ir mal, que lo que me rodea es perfecto, se desvanece y echa a volar.

Hay un pájaro en mi ventana.

Y mientras siga aquí, me quedaré quieta mirándolo y disfrutándolo, hasta que se vuelva a marchar.


Foto: Flickr
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P.D.:De fondo "Txoria txori" preciosa canción de Mikel Laboa que transcrita y traducida del euskera viene a decir:

Hegoak ebaki banizkio
nerea izango zen,
ez zuen aldegingo.
Bainan, honela
ez zen gehiago txoria izango
eta nik...txoria nuen maite.

Si le hubiera cortado las alas
habría sido mío, no habria escapado.
Pero así, habría dejado de ser pájaro.
Y yo...yo lo que amaba era un pájaro.
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Tienes razón, Yo. Dan tentaciones de "guardarlo" en una jaula. Pero entonces dejaría de ser "pájaro". ;P

miércoles, 26 de agosto de 2009

My blueberry nights

¿Quién no se ha sentido tan solo alguna vez como para beber hasta ahogar esa soledad?
¿Quién no se ha dado cuenta de cuanto amaba a alguien, cuando lo ha perdido para siempre?
¿Quién no ha tenido un sueño y cuando se ha cumplido ha perdido todo su encanto?
¿Quién alguna vez, voluntaria o involuntariamente, no ha hecho daño a la persona que más ama?
¿Quién no ha confesado con más facilidad sus sentimientos a un desconocido que a un amigo cercano?

¿Quién al evocar un pasaje muy feliz de su vida no ha dudado si fue real o inventado?
¿Quién no se ha equivocado y ha rectificado mil veces en su vida?
¿Quién no ha recorrido miles de kilómetros buscando la felicidad sólo para darse cuenta de que la tenía justo al lado?


lunes, 17 de agosto de 2009

La habitación del hijo

Muchas veces lo comentamos. Aquellos que acabamos de terminar la Universidad, en medio de este tiempo nefasto para incorporarse al mercado laboral, pensamos que quizá no compensa tanto esfuerzo, tanto sacrificio, para acabar todos en la cola del paro. Pero un domingo por la mañana, en el dominical, alguien, Pérez-Reverte para variar, te covence de que quizá sí mereció la pena. Y el mundo es un poco menos hóstil afuera.



LA HABITACIÓN DEL HIJO

Lo conoce mejor que a ella misma. O creía conocerlo, porque el joven silencioso y reservado que ahora vive en la casa le parece, en ocasiones, un extraño. El niño dejó de serlo hace tiempo. A veces, cuando está fuera, la madre se queda un rato en su habitación, callada, mirando los objetos, los libros –ella compró los primeros y los puso allí, soñando con el lector que alguna vez sería–, las fotos de amigos, de chicas. Las medallas que ganó en el colegio, tenaz, esforzado. Valiente como ella procuró enseñarle a ser. Con el ejemplo del padre: un buen hombre que nunca dice tres frases seguidas, pero que jamás faltó a su deber, ni hizo nada que no fuera honrado. Que educó al hijo con más ejemplos que palabras. Inmóvil en la habitación, aspira su olor. Desde hace mucho es seco, masculino. Distinto del que tanto añora: aroma de cuerpecito menudo en pijama, olorcillo a carne tibia, casi a fiebre. A bebé y niño pequeño, que con el tiempo se desvanece y no regresa nunca. El crío que aparecía en la cama a medianoche con las mejillas húmedas, después de una pesadilla, para refugiarse a su lado, entre las sábanas. Quizá algún día recupere ese olor con un nieto, o una nieta. Con otro cuerpecito al que estrechar entre los brazos. Ojalá no esté demasiado mayor para entonces, piensa. Que aún tenga fuerza y salud para ocuparse de él, o de ella. Para disfrutarlos. Libros. Hay muchos en la habitación, y jalonan veinticinco años de una vida. Infantiles, aventuras, viajes, textos escolares, materias universitarias, novela, ensayo, arte, historia. Desde niño, leyéndole cuentos e historietas, orientándolo con cautela, ella fue transmitiéndole el amor por la palabra escrita. La puerta maravillosa a mundos y vidas que acaban por multiplicar la propia: aspiraciones, sueños, anhelos cuajados en largas horas de lectura y templados en la imaginación. La intensidad de una mirada joven que explora el mundo en el descubrimiento de sí misma. Estos libros llevaron al muchacho a reconocerse entre los demás, a moverse con seguridad por el territorio exterior, a descubrir y planear un futuro. A estudiar una carrera bella y poco práctica, relacionada con la lengua, el pasado, el arte y la historia. A licenciarse en sueños maravillosos. En cultura y memoria. Ahora ella, inquieta, se pregunta si hizo bien. Si la lucidez que estos libros dieron a su hijo no sirve más bien para atormentarlo. Lo sospecha al verlo salir de casa para entrevistas de trabajo de las que siempre vuelve hosco, derrotado. Cuando lo ve teclear en el ordenador buscando un resquicio imposible por donde introducirse y empezar una vida propia: la que soñó. Cuando lo ve callado, ausente, abrumado por el rechazo, la impotencia, la falta de esperanza que pronto sustituye, en su generación, a las ilusiones iniciales. Recuerda a los amigos que empezaron juntos la carrera animándose entre sí, dispuestos a comerse el mundo, a vivir lo que libros y juventud anunciaban gozosos. Cómo fueron desertando uno tras otro, desmotivados, hartos de profesores incompetentes o egoístas, de un sistema académico absurdo, injusto, estancado en sí mismo. De una universidad ajena a la realidad práctica, convertida en taifas de vanidades, incompetencia y desvergüenza. Pese a todo, su hijo aguantó hasta el final. Fue de los pocos: acabó los estudios. Licenciado en tal o cual. Un título. Una expectativa fugaz. Luego vino el choque con la realidad. La ausencia absoluta de oportunidades. El peregrinaje agotador en busca de trabajo. Los cientos de currículum enviados, el esfuerzo continuo e inútil. Y al fin, la resignación inevitable. El silencio. Tantas horas, días, años, de esfuerzo sin sentido. La urgencia de aferrarse a cualquier cosa. Hace una semana, cuando llenaba el formulario para solicitar un trabajo de dependiente en una tienda de ropa de marca, el consejo desolador de un amigo: «No pongas que tienes título universitario. Nadie emplea a gente que pueda causarle problemas». Tocando los libros en sus estantes, la madre se pregunta si fue ella quien se equivocó. Si no tendría razón su marido al sostener que no está el mundo para chicos con sueños en la cabeza y libros bajo el brazo. Si al pretenderlo culto y lúcido no lo hizo diferente, vulnerable. Expuesto a la infelicidad, la barbarie, el frío intenso que hace afuera. Es entonces cuando, abriendo un libro al azar, encuentra unas líneas subrayadas –a lápiz y no con bolígrafo ni marcador, ella siempre insistió en eso desde que él era pequeño–: «En el mar puedes hacerlo todo bien, según las reglas, y aun así el mar te matará. Pero si eres buen marino, al menos sabrás dónde te encuentras en el momento de morir». Se queda un instante con el libro abierto, pensativa. Releyendo esas líneas. Después lo cierra despacio, devolviéndolo a su lugar. Y sonríe mientras lo hace. Una sonrisa pensativa. Dulce. Tal vez no se equivocó por completo, concluye. O no tanto como cree. Puede que él forjara sus propias armas para sobrevivir, después de todo. Quizá mereció la pena.

Arturo Pérez-Reverte
Extraído de http://www.xlsemanal.com/

lunes, 10 de agosto de 2009

Five months ago

No me fui, nunca me alejé del todo. Es sólo que no sabía muy bien cómo volver. Siempre cuando tenía un rato me pasa por los blogs para ver como le iba a todo el mundo, para saber de la gente de este lado de la pantalla. Y luego pasaron muchas cosas. Lo más importante fue un accidente de tráfico del que aún me recupero y que me tuvo un mes en cama y la recuperación y el intentar volver a la normalidad. Y en todo esto en lo que ahora estoy he decidido retomar algo que me llenaba mucho. Y espero no volver a dejarlo, por ningún motivo.

domingo, 8 de marzo de 2009

Estás aquí para ser feliz

La verdad que con los tiempos que corren, con la omnipresente crisis y en esta época de zancadillas y puñaladas traperas, da gusto ver un poco de esperanza en la raza humana, aunque sea en la publicidad. Sed felices.


domingo, 18 de enero de 2009

No son vacaciones

Esta estampa, por lo menos para mí, es propia de las vacaciones, del verano. Pero es lo que tiene tener clase en Málaga, que en el camino para clase, en vez de ver nieve que es lo que pega a esta hora del año, ves una preciosa playa, la de la Malagueta y la temperatura te invita más a darte un baño que a ir a clase. Y si esto me ocurre en enero, no se que será de mi en mayo.