viernes, 25 de junio de 2010

David y la graduación de Patri

Lo malo de vivir a 650 km. de casa es que te pierdes muchas cosas. Y eso es bastante doloroso. La semana pasada por ejemplo, nació David, el hijo de mi primo Rubén, un niño al que llevamos esperando mucho, mucho tiempo. Y menos mal que tenemos los MMS y el mail para poder verle esa carita tan preciosa en un momento. Así que toca esperar hasta agosto para conocer al peque. Y no me quejo que se que es poco tiempo en comparación a lo que mucha gente espera para volver a abrazar a su gente.


¿A qué es una monada?

Y hoy además es un día muy especial porque es la graduación de mi amiga Patri (otra enfermera peligrosa suelta por ahí, jajaja, aunque no hay nadie como ella poniendo la heparina) y otra cosa que también me da mucha mucha rabia perderme. Pero, en cuanto vuelva a Palencia, no pegaremos un fiestón de la pera y además estos Sanantolines va a temblar la ciudad. Muchas felicidades guapa. No sabes la pena que me da no estar allí. Estoy superorgullosa de ti. Te quiero un montón.

viernes, 18 de junio de 2010

I just wanna

Quiero poderme dormir a una hora decente, sin dar antes mil vueltas en la cama durante horas
Quiero ser importante para la gente que lo es para mí
Quiero llevarme a Palencia a toda la gente maravillosa que he conocido en el Sur
Quiero que por el día sea verano y por la noche invierno
Quiero que las cosas me salgan bien, para variar
Quiero quedarme en Córdoba más tiempo
Quiero que las despedidas no sean tan duras
Quiero dejar de pensar en lo que NO tengo y SÍ en lo que tengo
Quiero dejar de ponerme triste sin motivo
Quiero centrarme en lo que tengo que centrarme
Quiero dejar de querer lo quiero y no tengo

lunes, 14 de junio de 2010

Noche de tormenta

Esta noche hay tormenta. Los rayos iluminan el cielo y los truenos irrumpen en la quietud de mi habitación.

Sé que la tormenta está léjos. Lo sé porque me lo enseñastes tú. Eso de contar los segundos entre luz y trueno y luego multiplicar. Sí, me lo enseñastes tú. Y como cada noche de tormenta, me acuerdo de ti.

De cuando no nos hacíamos daño, de cuando éramos felices, de cuando la lluvia de la noche era la excusa para salir a la calle y calarnos y reírnos a carcajadas y besarnos mientras nos salpicabamos con los charcos.

Pero esta noche de tormenta es diferente, no es como las demás. Porque ésta es la última noche en que te recuerde, la última en la que vas a acudir a mi mente.

Porque tú decidiste seguir tu camino y yo no estaba en él.

Porque ya no tienes nada que yo quiera.

Porque he pasado más tiempo de mi vida sin ti, que contigo.

Porque es más grande el dolor que me has causado que las alegrías que diste.

Porque estoy harta de pensar en ti, cuando todo va mal.

Porque no te mereces mis lágrimas.

Porque ya no tengo más tiempo que dedicarte.

Porque por mucho que me enseñaras a cuanta distancia estaba la tormenta de nosotros, no me enseñaste a guarecerme de ella.

Y me ha costado mucho tiempo aprender a escapar de la lluvia.

jueves, 10 de junio de 2010

Fighting ourselves

Hay veces que intentamos luchar contra un enemigo externo, contra aquello que no nos permite continuar, contra lo que nos frena en la lucha por conseguir nuestras metas, y no nos damos cuenta de que nuestro enemigo somos nosotros mismos, y esa bestia contra la que combatir habita en nuestro interior.

miércoles, 9 de junio de 2010

Click

No sé nada de fotografía. No es falsa modestía, es la verdad. Ya me gustaría a mí. Tampoco entiendo demasiado de photoshop, ni similares. Pero me gusta mucho fotografiar cosas, los lugares que visito, la gente a la que quiero, todo lo que merezca la pena ser inmortalizado.
Y he decidido hacer un blog para compartir con vosotros algunos de esos instantes inolvidables para mí. Si queréis daros una vuelta, estáis invitados.

http://inmortalizandoinstantes.blogspot.com/

miércoles, 2 de junio de 2010

Nocturna

Me encanta esta hora del día. Más bien de la noche. Cuando todo se vuelve tranquilo, la calle está calmada, el calor disminuye (en la medida de lo posible) y parece que el mundo es menos mundo y más un lugar estupendo para vivir. Es la mejor hora para leer, para escuchar música, sin que los ruidos del día interfieran, es la mejor hora para escribir, para pensar, para amar,...

Es también mi hora preferida para pasear por Palencia (cómo la añoro ahora con este calor cordobés sofocante), cuando las calles principales están prácticamente vacías y te sientes dueño de cada adoquín, de cada farola, de cada arambol, de cada balconada.

Y parece que la ciudad vive para ti y las dificultades no existen y todos los sueños son posibles.