viernes, 25 de junio de 2010

David y la graduación de Patri

Lo malo de vivir a 650 km. de casa es que te pierdes muchas cosas. Y eso es bastante doloroso. La semana pasada por ejemplo, nació David, el hijo de mi primo Rubén, un niño al que llevamos esperando mucho, mucho tiempo. Y menos mal que tenemos los MMS y el mail para poder verle esa carita tan preciosa en un momento. Así que toca esperar hasta agosto para conocer al peque. Y no me quejo que se que es poco tiempo en comparación a lo que mucha gente espera para volver a abrazar a su gente.


¿A qué es una monada?

Y hoy además es un día muy especial porque es la graduación de mi amiga Patri (otra enfermera peligrosa suelta por ahí, jajaja, aunque no hay nadie como ella poniendo la heparina) y otra cosa que también me da mucha mucha rabia perderme. Pero, en cuanto vuelva a Palencia, no pegaremos un fiestón de la pera y además estos Sanantolines va a temblar la ciudad. Muchas felicidades guapa. No sabes la pena que me da no estar allí. Estoy superorgullosa de ti. Te quiero un montón.

3 comentarios:

La terrible Fifi dijo...

Pues sí vivir lejos de casa tiene sus desventajas, que ganas de que llegue agosto para ver a David... es tan mono!

Yo dijo...

Ooooohhhh qué monooooo yo tero unoooooooooo :(

Milady dijo...

Terrible Fifi: Sí hay muchas ganitas de achucharlo ya...Un besico.

Yo: Yo tb quiero uno para mí, pero de momento para consentirlo con este me sirve. Un besazo